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Crónica: Un concierto en tiempos de Coronavirus

  • Foto del escritor: Zenzontle
    Zenzontle
  • 30 abr 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 14 may 2020

María de los Ángeles Zepeda Ramírez


Eran las 13:00 horas aproximadamente en el Foro Sol, Ciudad de México, los asistentes hacían filas cortas que avanzaban rápidamente hacia la entrada al recinto; policías portaban termómetros infrarojos y gel antibacterial por primera vez en 20 años del Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino. La razón: el virus del COVID-19 asechaba al país desde finales de febrero; un concierto masivo como el Vive Latino era precisamente el lugar idóneo para una propagación descontrolada.



La vigésima edición del festival fue anunciada a finales del 2019 con grandes artistas encabezando el line up como: Guns n´Roses, The Cardigans, Babasónicos, Cultura Profética, Vetusta Morla, Bersuit Vergarabat, The Rasmus, Carlos Vives, She Wants Revenge, Milky Chance, Portugal The Man, entre muchos más; que estarían reunidos para hacer vibrar al público mexicano el 14 y 15 de marzo del 2020.


Sin embargo el COVID-19 ya había causado estragos alrededor del mundo, en España, Italia y Estados Unidos los contagiados ya eran cientos, por lo que los gobiernos de dichos países optaron por cerrar sus fronteras, así apenas días antes del concierto bandas internacionales cancelaron sus presentaciones, entre ellas Vetusta Morla, She Wants Revenge, Fangoria, Enrique Bunbury y más; en el Facebook del evento abundaban ventas de boletos para el sábado o domingo desde $900, y el miedo al contagio de coronavirus era explícito en redes sociales.


El público podía dividirse en dos grupos, los que exigían la cancelación del Vive Latino y los que aseguraban que el virus aún no era una amenaza, así que el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell declaró el día 11 de marzo: "La evidencia de salud pública muestra que estas intervenciones son de poca utilidad, y en algunos casos de nula utilidad", el evento no se canceló.


Ese 14 de marzo dentro del Autódromo Hermanos Rodríguez, la poca afluencia era evidente: filas cortas en áreas de entretenimiento y comida, ríos de gente en lugar de mareas, gel antibacterial en todos lados, cubrebocas en pocos asistentes, algunos usando trajes tydek a pesar del calor insoportable y lavamanos por primera vez en 20 años del festival.


Aunque en ocasiones el escenario principal estuvo en silencio total, algunas bandas sorpresas llegaron a levantar los ánimos; sin embargo, el público no ocultó su decepción por las presentaciones de bandas internacionales que no pudieron llegar.


Esta edición del Vive Latino recibió a 40 mil asistentes de los 70 mil esperados. El ambiente era diferente al de otros años, definitivamente fue un día pacifico, inclusive, en la presentación de la legendaria banda Guns n´ Roses, el público parecía apagado.


El festival concluyó actividades cerca de las 2:00 a.m. los asistentes caminaban relajados por el estacionamiento del recinto, comprando playeras, sombreros de copa como los que usa el famoso guitarrista Slash, agua, pizzas y botanas.


Estaban felices de haber asistido a un concierto que tal vez, en el futuro sería el lugar donde se contagiaron de un virus que tiene a todo el mundo encerrado esperando por salir o morir.

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