Crónica: El día del niño en tiempos del coronavirus

Carmen Soledad Sarmiento Meneses

2019, En algún lugar de México

Lunes 29 de abril a las 23:15. Juan estaba colérico, la noche terminaba con la gran promesa del mañana; de que esa mañana sería el tan esperado día, 30 de abril, día del niño.

Miércoles 30 de abril a las 8:45, las nubes apagadas y la fuerte brisa, auguraban un mal día, empero, el entusiasmo de juan no decaía, impaciente ya de llegar a su escuela y vivir junto a sus amigos, otro grandioso día del niño.

Minutos después, ahí frente a la puerta de su escuela, Juan, luz, y Ana se lanzaban miradas incisivas entre sí, caras maliciosas, cómplices, expectantes al abrir de aquellas grandes puertas que cualquier otro día verían con desagrado, pero hoy, eran la entrada hacia una nueva aventura.

Más tarde ese mismo día, tal cual estaba previsto, llegaron las autoridades académicas cargados de enormes bolsas negras, las cuales resguardaban los magníficos artefactos propiciadores de alegría, juguetes. Una de las tantas razones por las que Juan gustaba de ese día, eran los juguetes, donados por alguna persona de grande bonanza y altruismo, porque para un niño perteneciente a una amplia familia, y escasos ingresos ese tipo de lujos existen solo en su imaginación o el día del niño.

2020, en el mismo lugar

Jueves 30 de abril a las 8:45, el sol radiante y el cielo despejado apuntaban a que sería un grandioso día, con la diferencia de que esta vez no habría compañeros, ni risas compartidas, ni miradas cómplices, ni aquel juego que jugaban terminada la clase, únicamente cuatro paredes que le recordaban aquellos momentos que la pandemia le había quitado.

Es probable que a diferencia de Juan, muchos de los niños que disfrutaron de un maravilloso día de niño, pero habrá otros más, a quienes la pandemia les habrá robado la oportunidad de una aventura.