"Que parezca un accidente", de la mente a la pluma de Elma Correa

Por Abigail Avendaño Luna

¿Qué tendrán en común un trío de jóvenes en una azotea perdiéndose entre las nubes y el olor a la metanfetamina, un grupo de niños jugando en el límite de infantil, una dama obesa rodeada de ángeles gatunos y una embarazada en su debut como actriz de cine para adultos?, que todos están contenidos entre las páginas de Que parezca un accidente (2018), el primer libro de relatos de Elma Correa; escritora mexicalense, amante de los gatos y “morrita” muy buena onda.

Con un título provocador y un compendio de trece cuentos, Que parezca un accidente, es una obra que brinda a los lectores el avistamiento a la caótica vida de los personajes ahí encerrados, donde cada uno vive ajeno a los ojos que escrutan un momento de su vida, el cual puede durar minutos o toda una tarde agradable donde pueda terminarse este libro, y es que el lector no sabrá detenerse, embeberse de los cuentos de Elma Correa no es saber las minucias de personajes tan cotidianos como extravagantes en su propia intimidad, es: buscar en lo sórdido de sus letras algo de nosotros mismos.

Tan incitador es el título que corona el libro como su mismo contenido, donde todos los cuentos mueven emociones intensas a cada detalle y situación narrada, con prosa parecida a un gato juguetón: ágil, elegante y demandante, ¿Demandante?, sí, porque pide al lector eliminar las barreras dentro de sí mismo, observar lo hórrido, lo maravilloso, lo improbable, lo indecoroso e incluso lo gracioso en la miseria, porque la vida es así. Desde la provocación surge la narrativa de la autora, sin dejar caer al lector en el morbo donde podría perder el camino, sino más bien de esa curiosidad innata de quien busca abrir un huevito de chocolate para descubrir el juguete en su interior.

La narrativa de Elma Correa (tal vez sin proponérselo) crea en los lectores una catarsis inesperada, pues en sus cuentos se puede encontrar algo de nosotros: una idea aterradora, un deseo oculto, tal vez las más provocadoras ideas; sin embargo, aunque no fuera de esta manera, decir que no es posible ni la misma mínima pisca de reconocimiento, sería como decir que ha estado viviendo en una caverna desde el nacimiento.

Leer Que parezca un accidente es experimentar toda una gama de posibilidades sin arriesgar la propia integridad física, las cuales tomaron forma por la gracia y denodada pluma de la autora, quien prefiere mostrar al mundo estos cuadros, cercanos pero escondidos en el día a día de cada persona, ¿Te atreves a toparte con algo de ti mismo?, tranquilo, será por mera casualidad, un accidente.