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Los versos tlaxcaltecas: Isolda Dosamantes

  • Foto del escritor: Zenzontle
    Zenzontle
  • 5 may 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 17 may 2020

Martes 05 de mayo de 2020

Por Adriana Ramos Sánchez

Extraño a mis paisanos,

a los albañiles que chiflan cuando paso por la obra.

a los borrachos que cantan con José Alfredo,

a mis Alcántares,

extraño los apretones del metro,

un café en los portales de mi ciudad natal,

caminar por Dolores y Madero

beber una cerveza en la cantina de los lunes.

(Fragmento de “Migrante” (Isolda Dosamantes, 2019)).


La escritura ha sido siempre un mecanismo de defensa y desahogo. Escritores reconocidos y otros tantos desconocidos; Tlaxcala puede ir más allá pues se trata de un estado con gran interés por la creación literaria, en el estado se cuenta con grandes escritores de narrativa, ensayistas, cuentacuentos, dramaturgos y poetas como lo es Isolda Dosamantes, en entrevista nos comenta que existen escritores tlaxcaltecas contemporáneos con grandes obras ya publicados y otros tantos se mantienen en la sombra; Isolda comenta que todos ellos toman la literatura de manera muy seria, como una forma de trabajo, en algunos casos más en otros menos.


La literatura está más viva que nunca, cada escritor ha luchado por su literatura, a pesar de que: las publicaciones son escasas, las instituciones de cultura no le dan la seriedad necesaria y las editoriales privadas no apuestan por los libros, otras veces no hay material que publicar, siempre ha sido un problema muy real comenta la escritora; también los talleres siempre han sido de mucha ayuda para el crecimiento de escritores, ahí es donde se pulen los escritores; por otro lado hace falta que las personas se atrevan a descubrir esta faceta en su vida.


Isolda comenzó desde muy temprana edad a experimentar la escritura, nos comparte que desde secundaria ella comenzaba a escribir y llegó a participar en una revista; pero fue en la universidad donde todo floreció, pues comenzó a tomar las cosas con seriedad, publicó en la gaceta universitaria bajo seudónimo, y la literatura emergió, asistió a diversos cursos en donde pulió técnicas poéticas con grandes maestros como: Saúl Ibargoyen, Dolores Castro, Juan Bañuelos, entre otros, quienes fueron fundamentales para su crecimiento sin dejar de lado a sus amigos con quienes compartía los escritos y ayudaban a su crecimiento. Todo esto fue importante para ella ya que descubrió que nunca se deja de aprender, siempre se encuentra a un nuevo autor que leer, eso es básico para cualquier escritor y sobre todo para un buen lector.


Su poesía la ha llevado a obtener grandes reconocimientos y menciones honoríficas, todo ha sido gracias a su disciplina en el trabajo, quitarse el miedo del qué dirán, el trabajo en la estructura, la musicalidad, la métrica y redacción, sin duda todo esto lo transmite en cada curso que ella imparte. Sus obras llevan un poquito de ella, de sus sentimientos y espiritualidad, siempre buscando dejar un testimonio de la época; sin dejar de lado otras artes como la pintura y la danza, artes que al igual que la literatura apasionan a la escritora y están plasmadas en sus poemas.


Su estancia en China la lleva a conocer otra faceta del mundo, nos comparte que su estancia le permitió conocer otra cultura, otra forma de vida, una nueva visión de las cosas, su estancia en otro país fue un cambio radical que le gustó muchísimo, pues ellos son muy entregados a las cosas, muy disciplinados y perseverantes, cosas que en México no pasan y nos hacen falta. Se trató de una experiencia que por siempre le quedó marcada y se nota en todo lo que ahora ella realiza.


Para finalizar, Dosamantes comenta que espera seguir escribiendo para tener más material y poder compartirlo, de igual manera hace una invitación a las personas que temen experimentar en la literatura: “yo creo que todos tenemos talento, sólo falta atreverse, no tener miedo, sacar los poemas o lo que hayamos escrito, porque todos hemos escrito algo, sacarlo de la almohada y atreverse a sacar esos textos y mejorarlos, porque mientras los textos estén en tus manos son mejorables, siempre hay una errata que se pasa, siempre hay algo en lo que se puede mejorar, a menos a que seas Juan Ramón Jiménez; decía su esposa que escribía y guardaba su texto en el armario, hacía correcciones, finalmente lo comparaba con el primero y era el mismo”, exhortó.





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