In memoriam de Pedro Salinas
- Zenzontle
- 29 abr 2020
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Actualizado: 26 may 2020
Por Reinaldo Cuamatzi Maldonado
"He tenido siempre un deseo de amor tan vivo, que por eso he sido poeta"
Pedro Salinas
Cuando la muerte anda merodeando y persigue los pasos que son ajenos a tu patria no hay forma de persuadirla, lo inevitable llega y más si está de por medio el exilio. Pedro Salinas Serrano; quien perteneciera a la generación del 27 en España, fue el mayor de esa generación; tuvo que exiliarse en Estados Unidos tras la culminación de la guerra civil, donde culminó su vida artística, pero sus grandes obras aún viven junto a su palabra.

Sus estudios comienzan en Madrid, estudió derecho, pero no pudo culminarlos; abandonó a los dos años de ingresar para incursionar en el mundo de las letras. Obtuvo el doctorado en Filosofía y Letras en el año de 1917; su apego a la docencia y su arte creativo lo llevó a crear sus primeros poemas que fueron publicados en la Revista Prometeo. Su incursión como catedrático lo llevó a impartir clases en: Francia, Reino Unido y por supuesto es su tierra natal, España; entre sus alumnos más destacados está Luis Cernuda, otro escritor español perteneciente a la generación del 27.
La poesía de Pedro Salinas profundiza la realidad; principalmente por la época en la que le tocó presenciar; en sus obras se nota la influencia de Garcilaso de la Vega y Gustavo Adolfo Bécquer. De gran importancia es la originalidad de sus poemas regidos, regularmente por ser cortos y sin rima, pero con una sencillez, no busca un rebuscamiento en su poética. Algunos clasifican su obra en tres etapas: inicial, plenitud y del exilio; la primera está marcada entre años de 1923-1932, la influencia de Juan Ramón Jiménez se hace presente en su poesía pura, las obras que encontramos en esta etapa son: Presagios (1923), Seguro Azar (1929) y Fábula y signo (1931); su etapa de plenitud es entre los años de 1933-1939, en ésta encontramos una trilogía amorosa: La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936) y Largo lamento (1939); por último, la etapa que estuvo fuera de su país natal, la del exilio, entre los años 1940-1951 encontramos obras como: El contemplando (1946), Todo más claro y otros poemas (1949) y Confianza (1951).
La obra de Pedro Salinas no solo está centrada en la poesía también incursionó en la prosa, teatro, ensayos, epístolas, traducciones, en pocas palabras fue un gran creador de la palabra, pero donde tuvo más auge fue en su poética, por eso se le considera el Poeta del amor.
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