El novísimo arte

Difuminaciones de la cueva de cristal

Por Carmen Soledad Sarmiento Meneses

El arte siempre ha tenido una finalidad estética y comunicativa. Los tiempos cambian, y con ellos el arte también, adaptándose a su presente, a su filosofía y a sus acontecimientos: en este caso, el COVID 19.

Tras su llegada, cada uno de los países ha confinado en sus hogares a la población, obligando a las personas a hallar la forma de realizar sus actividades cotidianas, sea cual sea la manera. Esto claramente no exime a los artistas, quienes en busca de seguir creando y compartiendo su trabajo, recurren a las herramientas que tienen a su alcance para lograrlo, tal es el caso de muchos fotógrafos quienes están iniciando a hacer sesiones fotográficas por medio de FaceTime o festivales de música y poesía realizados en plataformas como Facebook, YouTube e Instagram.

Y más que eso, han hallado en estos acontecimientos una fuente de inspiración, llevándolos a crear poemas, canciones, y animaciones inspiradas en estos sucesos.

Creo que cuando nos encontramos ante un escenario desolador como el que vivimos, el arte de hace presente, de formas distintas para eximirnos de nuestras preocupaciones, aunque sea por un momento y nos transporta a realidades y lugares insólitos, nos invita a mirar la otra cara de la moneda.